jueves, 12 de marzo de 2015

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lunes, 16 de octubre de 2006

Pride of Baghdad

El lenguaje del cómic tiene un gran potencial narrativo independiente del valor literario de la historia que se está contando. Por ello, a lo largo de la historia han aparecido universos enteros de situaciones y personajes que, para bien o para mal han determinado la manera en la que el público ve el cómic.
Afortunadamente, existen obras que logran desligarse de las preconcepciones del género del cómic y haciendo uso del arte secuencial, presentar historias con una indiscutible belleza literaria y artística. Tal es el caso de Pride of Baghdad, una novela gráfica que narra la historia de cuatro leones que escapan del zoológico de Bagdad durante los bombardeos de los Estados Unidos en Iraq en abril del 2003. Basada en hechos reales, esta obra está escrita por uno de los autores más afamados en la industria del cómic de los últimos años, Brian K. Vaughan (Y: The Last Man, Ex Machina, Runaways, Ultimate X-Men), quien logra representar en un relato conmovedor las implicaciones sociales, políticas, ecológicas y religiosas de la guerra. Las ilustraciones de Niko Henrichon complementan magníficamente esta novela.
Para los aficionados al cómic, uno de los retos es convencer a los demás de que este género abarca mucho más que superhéroes peleando contra alienígenas. Pride of Baghdad es sólo una muestra de la versatilidad del medio para contar una historia como sólo se puede contar en el cómic.

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miércoles, 2 de agosto de 2006

~Llevamos nuestro destino escrito en la hoja de ruta~ (Acerca de las clasesy carreras)

Retomo el diario después de tanto tiempo. Como sabrán (o no), ahora estudio Ciencias de la Comunicación y esto es parte de mis deberes para el Taller de Expresión Artística.


Hoy recibí otra clase de Estadística. Para ser sincero, me enoja un poco el que tenga que llevar esta clase después de llevar Estadística Matemática en la Galileo. Lo qué más me enoja es que era bastante bueno, aun cuando era bastante más complicada que la que llevamos ahora. Claro, si no hubiera dejado de llegar a clases durante mis últimas semanas en Ingeniería, hubiera ganado esa clase y quizá hubiera logrado algún tipo de equivalencia.

A pesar de todo no me arrepiento del todo de las cosas que he hecho en los últimos años. Como dice la canción: "es el precio que se paga por poder ser uno mismo".